José Rocío Barrón Santos fue conferido presbítero
Por: Sem. José Luis Riveros
Tercero de Filosofía
“El sacerdote, todos los días es sal y luz del mundo, con su presencia y su ausencia de los lugares de pecado, con sus palabras, catequesis y sus obras como la caridad”
El 4 de
noviembre, la parroquia de San Agustín Tlaxiaca volvió a vestirse de gala con
la ordenación sacerdotal de José Roció Barrón Santos, quien después de diez
meses de diácono recibió de manos de Mons. Domingo Díaz Martínez la ordenación
presbiteral.
La
celebración Eucarística se llevó a cabo al mediodía, en la que estuvieron
presentes familiares, sacerdotes, amigos y conocidos.
Desde el inicio,
el diácono se mostró muy contento, y aunque denotaba nerviocismo, se mantuvo paciente
a todo momento en el que se iba desarrollando la Eucaristía.
Al comenzar
la liturgia, el Arzobispo de Tulancingo no dejó de mencionar “no te niegues a
ser caritativo”, con lo que centró la mayor parte de su reflexión, invitando
también a los presbíteros a ser pastores que se preocupen por su pueblo.
“El sacerdote,
todos los días es sal y luz del mundo, con su presencia y su ausencia de los
lugares de pecado, con sus palabras, catequesis y sus obras como la caridad;
paciencia y trabajo, sabiduría y alegría; todo esto será un buen signo de la
caridad con la que serás sal y luz del mundo”.
Al finalizar
la reflexión, se llevó a cabo la postración en la que toda la comunidad lo
acompañó con su oración; al levantarse le fueron impuestas las manos por Mons.
Domingo Díaz y todos los sacerdotes presentes.
Finalmente, terminado
el rito de la ordenación, los padres lo recibieron con un fuerte abrazo, de
igual manera, su familia se alegró con él.
Antes de
terminar la celebración, el nuevo presbítero tomó la palabra y agradeció manera
muy solemne la presencia de todos los que lo habían acompañado.
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