sábado, 23 de enero de 2016

Columna Bioética

Fecundación artificial


Por: Antonio Tolentino Olguín


La fecundación artificial se entiende como los procedimientos técnicos encaminados a lograr la concepción del ser humano por una vía diferente a la de la unión sexual del varón con la mujer.

Lo anterior, gracias a que los científicos han desarrollado métodos terapéuticos cada vez más eficaces, pero también esto ha ocasionado ideas erróneas acerca de poder manipular la vida, lo cual tiene consecuencias imprevisibles sobre el inicio y las primeras etapas humanas.

Sí, las nuevas técnicas permiten al hombre tener en sus manos el propio destino de la procreación; sin embargo, lo exponen a la tentación de transgredir los límites de un razonable dominio de la naturaleza.

La ciencia y la técnica no son indiferentes; exigen el respeto incondicionado de los criterios de la moralidad, el servicio a la persona humana y a su bien integral según el plan de Dios.


Estas intervenciones no deben ser rechazadas por el mero hecho de ser artificiales, pero deben ser evaluadas según las normas morales por su relación con la persona, dotada de una dignidad y vocación divina, para no reducir la vida a un simple producto.

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