151 años formando pastores misericordiosos
Por: Sem. Gerardo
Espinoza Rubí
Tercero de Filosofía
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El
ambiente de fiesta que se respiró dentro del festejo del aniversario fue de
mucha alegría, porque se fomentó la unión, la identidad y la misericordia entre
los seminaristas.
“¡Estas
son las mañanitas…!”. Nuestro muy amado Seminario, “¡felicidades por tus ciento
cincuenta y un años de fundación, como la casa madre de los futuros sacerdotes
y el porvenir de la Iglesia!”.
El
ambiente de fiesta que se respiró dentro del festejo del aniversario fue de
mucha alegría, porque se fomentó la unión, la identidad y la misericordia; fue
tener vida dentro de nuestro papel como seguidores y discípulos de nuestro
Señor Jesucristo y encontrar el destino de nuestro caminar juntos como diócesis.
La
celebración de la casa formadora se lleva a cabo desde su fundación el 16 de
enero de 1865, en Tulancingo. Los festejos comienzan con las tradicionales
mañanitas, cantándole al Seminario con gozo y con el corazón en la mano, y
posteriormente dar paso a la santa Eucaristía como acción de gracias por estos
años de vida, la cual ahora estuvo presidida por Mons. Domingo Díaz Martínez, y
concelebrada por sacerdotes del equipo formador.
Durante
la Misa, el Arzobispo de Tulancingo compartió en su homilía una sencilla
reflexión sobre las lecturas del día (1 Sam
9,1-4.10.17-19; 10,1) y del Evangelio (Mc
2, 13-17), dirigida especialmente para los seminaristas y relacionada al
llamado que hizo Dios al rey Saúl, y de Jesús a Mateo.
Nos
motivó y nos hizo al mismo tiempo tomar conciencia para continuar y perseverar
en la formación, para asumir los retos actuales en los que se enfrenta hoy la fe
de la Iglesia, proyectándonos con toda
la sinceridad a nuestra labor futura del sacerdocio y fomentar la defensa de la
fe, pero al mismo tiempo la de la vocación.
Para
esto nos aconsejó seguir una línea muy práctica de tres valores que en nuestra
formación deben hacer eco y se deben seguir profundizando: el primero fue la
unión, porque con ella podemos hacer
mucho en comunidad y la comunión con la Iglesia.
El
segundo fue la identidad, asumir
nuestro papel de seminaristas y no ser otra cosa que formarnos como sacerdotes,
de aquí la labor y la gran responsabilidad que recae sobre cada uno al llamado
que Cristo hace; el tercero fue la misericordia, el rostro del Padre hacia
nosotros sus hijos.
Mons.
Domingo Díaz Martínez exhortó de manera contundente en este aspecto: “Seminarista
que no sea misericordioso, que no pida ser ordenado sacerdote”. Esto no debe desanimarnos, sino impulsar
para que pongamos más énfasis y seriedad a nuestra formación como futuros
sacerdotes.
Posteriormente,
al concluir la Misa se partió en una procesión solemne hacia la nueva capilla
del Señor de la Misericordia; el arzobispo la bendijo pidiendo que Dios nos vea
y camine con nosotros.
Tras
concluir, se dio paso a los sagrados alimentos en el desayuno y después al
torneo deportivo organizado para el fomento de la convivencia de los alumnos
del Seminario Menor y del Mayor, en futbol, basquetbol y voleibol.
Se
dio un breve descanso para continuar con la comida-convivencia, en la cual se
organizó el tradicional y sensacional karaoke; más tarde, se llevó a cabo la
oración de la Iglesia con la Liturgia de las Horas, dirigida por el Pbro.
Fernando A. Espino, quien coordina la espiritualidad en el Seminario Menor.
Continuando
con esta línea de oración se hizo el rezo del Santo Rosario en honor a nuestro
patrón San José, custodio de nuestro Seminario, siendo el fervor y el ambiente
lo que propició un adecuado desarrollo y encuentro con el Señor. Al término de
la fiesta, el Pbro. Gerardo Pérez García, rector de la casa formadora, hizo
entrega de la premiación a los ganadores del torneo deportivo.
Sin
duda, la fiesta se vuelve memorable porque es saber que en la comunidad la
alegría de muchos se vuelve una sola; es amar al Seminario como Cristo lo ama y
lo seguirá amando, seguir caminando en la misericordia.
Gracias
Seminario por seguir dándonos sacerdotes para la salvación de las almas en
nombre de Cristo Jesús.
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