sábado, 7 de mayo de 2016

Jubileo

Instructivo y sugerencias prácticas para celebrar el Año Santo de la Misericordia


Por: Pbro. Juan V. Bautista Salinas
        Sem. Humberto Calva García

¿Qué es un Año Santo?

Es un año de gracia. Un tiempo que la Iglesia nos concede como la oportunidad de vivir nuestra fe; tiempo de acercamiento a Dios, de reconciliación, de recibir el perdón de nuestros pecados y de ahorrarnos el purgatorio.

Tiene sus raíces en la tradición bíblica, cuando Dios manda a su pueblo que observe el descanso de la tierra para propiciar la alabanza y gratitud al Señor por sus beneficios y procurar la liberación de su pueblo (Cfr. Lv 25).
En la tradición de la Iglesia católica, el Año Santo o Año Jubilar comenzó a practicarse por disposición del papa Bonifacio VIII en el año 1300, y desde 1475, cada 25 años, se celebra un Jubileo ordinario para permitir que cada generación pueda tener esta experiencia al menos una vez en su vida.


¿Por qué se llama Año Santo Ordinario o Año Santo Extraordinario?

El Año Santo Ordinario es el que se celebra, según la tradición de la Iglesia, cada 25 años. El más reciente fue en el 2000. El próximo será en el 2025.
El Año Santo Extraordinario es convocado por el Papa, según su decisión personal y en razón de una necesidad o acontecimiento especial en la Iglesia. El más reciente fue convocado por Juan Pablo II en 1983, para conmemorar los 1950 años de nuestra redención.
El Año Santo de la Misericordia es, por tanto, un Año Santo Extraordinario. Inició el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de noviembre del presente año, en la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

¿Se perdonan los pecados en el Año Santo?
Sí, pero solamente por medio de la confesión sacramental. El Año Santo es una ocasión propicia para acudir al sacramento de la confesión y recibir así el perdón de los pecados bajo las condiciones requeridas.

¿Qué es la indulgencia del Año Santo?
La indulgencia no es la remisión automática de los pecados. Si hay pecado venial o mortal se requiere para el perdón de los mismos la confesión sacramental personal y directa con el confesor.
La indulgencia es una gracia que también nos concede la Iglesia para la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya perdonados en cuanto a la culpa que un fiel dispuesto y, cumpliendo determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos (CEC 1471).

¿Por qué se habla de indulgencia plenaria e indulgencia parcial?
La remisión de la pena temporal sea total o en parte, según se indique expresamente en la forma de ganar la indulgencia. En el Año Santo de la Misericordia la Iglesia nos regala la oportunidad de ganar la indulgencia plenaria si se cumple con los requisitos establecidos.

¿Cómo obtener la indulgencia durante el Año Santo?
De acuerdo a la Penitenciaría Apostólica, para ganar la indulgencia plenaria es necesario que los fieles estén en estado de gracia, es decir:
1)    Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial.
2)    Confesarse sacramentalmente.
3)    Recibir la Sagrada Eucaristía (preferiblemente, pero no necesariamente en el contexto de la Misa).
4)    Orar por las intenciones del Papa, acudiendo a los lugares destinados para ganar la indulgencia.

¿Para quién es el provecho de la indulgencia?
Es para provecho personal, ganando la indulgencia nos ahorramos el purgatorio; es decir, el tiempo destinado a purgar las penas habidas por el pecado, sanar completamente de las heridas por dichos pecados.
También se puede ganar en favor de nuestros hermanos difuntos que necesitan de nuestro apoyo (sufragio) para la remisión de sus penas; es decir, para librar el purgatorio.

¿Cada cuándo podemos ganar la indulgencia?
Solamente una vez al día, y durante todo el Año Santo si se cumplen con las condiciones indicadas.

¿Cuáles son los lugares en nuestra arquidiócesis para ganar la indulgencia?
En la sede episcopal de Tulancingo: Santa Iglesia Catedral, Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles y Templo Expiatorio.
En la foranía de Pachuca Norte: Basílica de Guadalupe.
En la foranía de Pachuca Sur: Santuario del Señor de la Misericordia.
En la foranía de Actopan: Santuario del Señor de las Maravillas (El Arenal).
En la foranía de Tizayuca: parroquia del Divino Salvador (Tizayuca).
En la foranía de Atotonilco: templo de San Agustín (Atotonilco el Grande).
En la foranía de Apan: Nuestra Señora de la Asunción (Apan) y San Antonio (Singuilucan).
En la foranía de Chignahuapan: Basílica de la Inmaculada Concepción de María (Chignahuapan).
En la foranía de Huauchinango: Santuario del Señor en su Santo Entierro (Huauchinango).
En la foranía de Pahuatlán: templo de Santiago Apóstol (Pahuatlán).
En la foranía de Huayacocotla: San Pedro Apóstol (Huayacocotla), Señor de Metepec y Santa María Magdalena (Metepec), San Agustín (Tenango de Doria).

En el día de la fiesta patronal de cada parroquia se podrá también ganar la indulgencia.

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