Por: Sem. Iván Bonilla Trejo
Creo que al leer el
comentario de Santo Tomás, podemos profundizar en las razones por las cuales el
Padre Nuestro es la oración por excelencia, cada una de las palabras que
pronuncia Jesús en esta oración tiene una profundidad que procede de un
verdadero conocimiento del Padre, pero también de un profundo amor por los
hombres. Cristo conoce las angustias, las preocupaciones más profundas de
nosotros los hombres y al orar el Padre Nuestro quiere poner en nuestra boca
aquello que es lo que necesitamos pedir y que muchas veces nosotros no pedimos
en nuestra oración personal.
La oración busca ser un
remedio para nuestros males, nuestras angustias, pero también busca saciar la
sed de todo hombre en sus fracasos y alegrías, de saberse escuchado por alguien
y de aspirar a trascender.
Por esta razón creo que
el Padre Nuestro como comenta Santo Tomás primero es una oración de confianza
filial a l llamar Padre a Dios, es también reconocer nuestra más alta
aspiración unirnos con Él en el cielo, es una invitación a honrarlo como Padre
santificando su nombre comportándonos como hijos de Él. Cuando oramos el Padre
Nuestro Santo Tomás va haciendo también un análisis de virtudes como la piedad
cuando pedimos el Reino de Dios, o la sabiduría, para hacer su voluntad lo que
le agrada.
Al mismo tiempo en la
siguiente petición nos invita a vivir el don de la fortaleza para no
desfallecer cante las dificultades cuando expresamos danos el pan de cada día,
el don de consejo y la humildad cuando pedimos perdón y nos comprometemos a perdonar.
En la petición siguiente es decirle a Dios que nos ayude con su gracia para
evitar el pecado y por último al pedir que nos libre de todo mal nos confiamos
a Él no sólo para vernos libres del pecado sino de todo mal físico, moral o
espiritual.
En conclusión dice
Santo Tomás que no hay oración más perfecta porque en ella está todo lo que
debemos y nos conviene pedir con fe esperanza y amor.
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